lunes, 5 de enero de 2009

MASACRE EN GAZA


Armamento para la defensa de un pueblo agredido, víctima del fanatismo (Israel, con un presupuesto en defensa de 1/4 de su presupuesto estatal, y uno de los ejercitos más poderosos del mundo)



















Mortíferos misiles Kasam (de fabricación artesanal, con un acierto aproximado de un 5%)








Ay que joderse…Cambiamos de registro con la velocidad del zapping.
Cada vez estoy más convencido de las capacidades humanas a este lado del Globo, sobre todo aquellas asociadas a olvidar rápido, mirar para otro lado, maquillar las palabras para que no muestren la crudeza de la realidad.

Así, somos capaces de brindar con el mejor de los cavas baratos (por que los caros obviamente están concebidos para otras castas) y al instante hablar de lo mal que le va a los “pobrecicos” palestinos, con más de 500 muertos en lo que va de semana de ataques israelíes.

Pues nada, vamos a observar el espectáculo dantesco, comentando los acontecimientos, sin demasiados aspavientos, no sea que nos tachen de políticamente incorrectos, o de pro-3ª intifada.

Hay quien se anima y hace quinielas, y quien se anima aún más y propone soluciones salomónicas, pero sin mojarse demasiado, no sea que lo vayan a cuestionar a uno en sus convicciones. Las tenemos de todo tipo, desde las que animan a los palestinos a explotar (si es necesario) para defender su tierra, como si fueran chicharras, o aquellos que les sugieren la resistencia no-violenta, o también los hay que piden paciencia, que las conversaciones van por buen camino, ja…me parto…

Ahora vamos con los eufemismos:

Leemos estos días que se trata de una guerra, cuando no hay ejércitos enfrentados. Es, por tanto, una matanza. Se habla de respuesta al fin de la tregua, cuando Israel ha vulnerado los DDHH incesantemente y con mayor intensidad desde que ésta empezó; se dice que se trata de estallido de violencia, cuando el ejercito ocupante ha anunciado repetidamente esta operación; o de fracaso de la diplomacia internacional, cuando en realidad a lo que asistimos es a un vergonzoso seguidismo por parte de los diferentes Estados, que con su debilidad, ambigüedad e hipocresía están permitiendo tan brutal masacre.

Lo más escandaloso de lo que está pasando en Gaza, como bien dice Saramago y otros tantos del mundo de la cultura en un manifiesto conjunto, es que puede pasar sin que pase nada.

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