martes, 28 de julio de 2015

Nueva aventura: El agua alcalina ionizada

Hoy me gustaría hablar de un proyecto en el que acabo de embarcarme hace unos meses.

Uno de los caminos hacia una vida más consciente es el de la alimentación, ya que muchos de los hábitos y decisiones que tomamos en cuando a lo que nos alimenta tiene repercusiones en nuestra vida y en las de otras personas, en el medio ambiente, etc.

En la indagación acerca de la alimentación saludable, descubrí las propiedades de vivir y mantener mi organismo con un pH alcalino. La ecuación es simple, un organismo ácido permite la proliferación de la enfermedad, ya que muchos causantes de ésta viven y tal medio, mientras que un medio alcalino hace difícil tal existencia, o la mantiene a unos niveles que podemos llamar saludables.



  • Toda aquella alimentación que contribuya a alcalinizar tu organismo está incidiendo directamente en tu salud, de ahí que haya surgido toda una cultura gastronómica en torno a los alimentos alcalinos, o las dietas alcalinizantes.

Otro de los medio que nos facilita este hábito y nos aporta salud es el agua. Está demostrado que el consumo de agua alcalina contribuye a alcalinizar el organismo, y con ello para empezar reduce el incómodo reflujo ácido tras las comidas.

Una de sus principales propiedades, además de lo comentado sobre la prevención de  enfermedades, es el retraso del envejecimiento de nuestras células, que al adquirir más oxígeno expulsan más fácilmente las toxinas que nos hacen envejecer de forma prematura. También prevenimos la retención de líquidos ya que nuestras células no se verán obligadas a retener más líquidos de los necesarios para luchas contra la acidosis, y mantendrán activo nuestro metabolismo. También previene la osteoporosis al permitirnos eliminar más fácilmente los nefrolitos o el ácido úrico.

Así que decidido como estaba a embarcarme en el e commerce me aventuré en la venta de sistemas de alcalinización de agua, filtros de agua alcalina, que por supuesto garantizaran todas aquellas propiedades y beneficios que conozco y que he integrado en mi vida.

Lo que más interesa al público en general es la jarra alcalina, ya que permiten beneficiarse del agua ionizada alcalina a un módico precio.

Espero que el hecho de aportar salud también me permita vivir de ello, ya que no se me ocurre otra forma de ganarme el sustento que hacerlo en coherencia con lo que creo.


Salud y agua alcalina.

jueves, 25 de junio de 2015

Entre el padre ausente y el presente.

No pocas veces me han llamado la atención esos padres que acompañan a sus hij*s al parque y solo se dedican a llevarlos y traerlos, como si se tratara de una tarea meramente logística. Reparan solo puntualmente en la actividad de su hij*, apartan momentáneamente la mirada de su móvil, responden generalmente sin vinculación emocional, y continúan con sus cosas. Ahí tienes al/a la peque logrando su mayor proeza, y delante de su padre nada menos, “mira papá”, a lo cual él le responde con un “muy bien, hij*”. La implicación real y genuina con la otra persona es escasa o nula.

Este es un típico ejemplo del puesto que ocupa en nuestras prioridades la honrosa tarea del cuidado.

Mi ideal de paternidad consciente, afectiva y con apego cuenta con algunos preceptos que  trato de seguir: 
  • Atención con intención
  • Dar importancia el tiempo compartido
  • Ser accesible y disponible
  • Actitud sensible y receptiva
  • Vínculo amoroso
  • Búsqueda de estrategias para la resolución de conflictos alternativas al castigo, a la reprimenda
  • Tiempo consciente y genuino para el juego
Nuestr*s hij*s no pueden “dejar de estar presentes”, son plenamente conscientes del ahora (no existe para ellos/as el ayer ni el mañana), sienten nuestra conexión/desconexión emocional antes que nosotros mismos.

Fotografía de JOHAN BÄVMAN


Estos últimos meses me he visto abocado a una relación mucho más fría, distante y reactiva con mis hijas, casi sin tiempo compartido, y el que compartíamos tintado de frustraciones y reproches, a ellas y a mí mismo.

En el aire flota un discurso que me aleja mucho de ese tipo de paternidad que quiero tener, o simplemente me he dejado llevar de forma reactiva por lo que “se espera de mí”.

Cuando entras en la espiral del trabajo, y en concreto del autónomo o de supervivencia, como es mi caso, la conciliación pasa a un plano secundario, deja de estar en el centro de tu atención,  y entra en un profundo conflicto aquello en lo que crees con lo que realmente haces, el trabajo de cuidado no es realmente importante, que nuestra atención debe estar puesta en lo realmente importante, en lo PRODUCTIVO.
  •  Sensación permanente de falta de tiempo.
  • Te asaltan mensajes del tipo “debería estar haciendo tal tarea”.
  • Desconexiones emocionales y de atención constantes por atender llamadas, whatsapp, etc.
  • Sensación de desconexión casi total de las necesidades y tiempos de tus hijas/os, doblemente frustrante, por que estás con ellas/os, y estás “sacrificando” un tiempo “precioso” para responder a tu
  • Sensación irracional (no procesada) de que lo que estás haciendo no es importante, y de que lo “importante” está ahí fuera.
  •  Tu hij* mendiga tu atención, y para ello busca todas las herramientas a su disposición, peleas, rabietas, u otro tipo de “boicots”…y todas esas cosas que tu interpretas en ese momento como la firme intención de hacerte la puñeta.
  • “Todo por el medio”, “es tarde”, “hazme caso”, “cómetelo todo”, “en la mesa no se juega”…El nivel de intolerancia y de irascibilidad ante conductas de lo más normal de nuestr* hij* roza la enajenación… 

Pero ¡¡ALTO!! es el momento de preguntarse ¿Qué es lo más importante para mí? ¿Qué lugar ocupan mis hij*s en mi vida? ¿Qué lugar ocupo yo en la suya?¿Ésta es la experiencia que quiero vivir con ell*s?¿´Es éste el tipo de pternidad en la que creo?

El tiempo con tus hij*s no entiende de trabajo autónomo, ni de freelances, de tareas  retrasadas, de horas extras, ni del “para ayer”.


El tiempo compartido, la atención, el cuidado, el afecto, la sensación de seguridad y de certeza que les da tu presencia, tu muestra de reconocimiento ante sus retos, la seguridad que les das para explorar el mundo, los pequeños y maravillosos instantes, que solo vives si estás ahí, de forma consciente, paciente, entregada, dedicada genuina.


Hoy Vera ha sonreído ampliamente, como no la veía ilusionarse hacía días, cuando me ha preguntado si quería jugar con ella y le he respondido que sí.

lunes, 15 de junio de 2015

DISCURSO DEL ACTO DE RECONOCIMIENTO A LA LABOR SOLIDARIA- GRACIAS



Antes de nada me gustaría agradecer a la comisión 07 de Albacete su gesto generoso de reconocimiento hacia mí, al Ayuntamiento de Albacete, a la Concejalía de Cooperación y a las voluntades que hacen posible año tras año la Semana de la Solidaridad. Me siento profundamente agradecido, De corazón, gracias.

Este reconocimiento es para mí como un regalo sobrevivido, que a ser sincero me ruboriza un poco, dada mi actual situación personal y profesional que me ha llevado a desvincularme del día a día de la solidaridad de la ciudad.

Es como estar en un restaurante, y después de haber disfrutado de un delicioso menú, sin esperarlo llegue un postre también delicioso, cortesía de la casa. No me siento ni más ni menos merecedor de este reconocimiento que todas aquellas personas que habéis decidido otorgármelo. Supongo que lo ha ocasionado la labor más o menos tediosa y sacrificada, pero siempre gratificante, de luchar por la erradicación de la pobreza.

Siento que en los años en los que me he dedicado profesionalmente a la Cooperación para el Desarrollo, y otros tantos de forma voluntaria no hecho más que mi trabajo. Con la enorme suerte de hacer que confluyan en una misma cosa mi pasión, mis principios y mi profesión. Lo dejé en aquel momento en el que las organizaciones sentíamos que había un compromiso real de la sociedad, de las administraciones de las instituciones públicas, de las empresas que había hecho de la cooperación un elemento prioritario en las agendas.

En esas circunstancias nos exigimos continuar avanzando hacia una cooperación de calidad, a conseguir compromisos de las instituciones que fueran más allá de los programas políticos de un partido u otro, a aportar un mayor rigor en la gestión de los proyectos de desarrollo, en la creación de estructuras fuertes de participación como el consejo de cooperación, en la creación de normas que dieran más calidad y rigor a las convocatorias. En aquellos buenos tiempos para la cooperación también nos empeñamos en sacar a la calle nuestras reivindicaciones y conseguir complicidades de la población.

Quienes me conocéis sabéis que dejé de estar en primera línea por decisión personal. En un camino de exploración y deconstrucción, que coincidió con la llegada de mi hermosa hija Vera, decidí dedicarme en cuerpo y alma al cuidado de mi pequeña y de Cáliz, mi pareja, que había sido la que en todos aquellos años de dedicación a la causa había soportado sobre sus espaldas el bienestar de lo más importante, mi familia y mi pareja. Y que hoy con esta clavícula un poco maltrecha me ha ayudado a ponerme la camisa… siempre ahí, al pie del cañón. Después llegó Noa, y un montón de pequeñas y grandes cosas que te pasan cuando dejas de hacer y hablar y te dedicas a escuchar y observar.

Llegó el momento de volver y cuando lo hice, sentí que el sólido suelo de la Cooperación para el Desarrollo que dejé, se había desmoronado bajo mis pies, que no quedaba nada, o poco, apenas migajas de lo que fue. Pero hay seguían unas cuantas personas y organizaciones, luchando aún en aquellos momentos menos románticos y más críticos. Vaya mi más profundo respeto y admiración hacia la Comisión 0’7, como plataforma de encuentro de voluntades, individuales y colectivas, que quieren hacer de éste un mundo más justo y solidario, más allá de las líneas imaginarias, que hemos creado para separarnos unos de otros. Aparte, vaya una mi más profunda admiración y reconocimiento a todas aquellas personas que mantienen su compromiso con el paso de los años, a las organizaciones que siguen activas a pesar de los pesares y mantienen vivas las reivindicaciones hoy más vigentes que nunca. Y es que afortunadamente la lucha por los derechos humanos, por la erradicación de la pobreza sigue estando, para vosotros y vosotras y las organizaciones a las que representáis, por encima de cualquier coyuntura política o económica. Enfrentando cada día argumentos vacíos y demagógicos como el de que “hay cuestiones más importantes o prioritarias”, o que “no es momento para la solidaridad internacional”, en definitiva, defendiendo la cooperación para el desarrollo por derecho, por responsabilidad, por justicia.

Somos uno, un individuo, una comunidad de pequeños seres compartiendo espacio y tiempo, profundamente interconectados. Somos un individuo, al que un órgano enfermo acaba por enfermar al resto del organismo. Un órgano enfermo representado por millones de personas condenadas a la exclusión, a permanecer en la cuneta de un mundo que no les reconoce los derechos más elementales, por el hecho simple de estar al otro lado de la línea.

No podemos permitirnos como sociedad que se mantengan muchas injusticias que denunciáis las organizaciones representadas aquí. Esta sociedad, que ha hecho de nosotras y nosotros individuos náufragos a la deriva, también nos otorga un gran poder como individuos. Hemos de apelar a esa responsabilidad personal. ¿qué puedo hacer yo? Me lo pregunto a cada rato Con mi hacer cotidiano tengo el poder de legitimar o deslegitimar un sistema injusto.

Mi poder como individuo va afortunadamente, mucho más allá de meter un sobre en una urna cada cuatro años. Puedo transformar el mundo a través de mi consumo, de mi participación, de dónde guardo mis ahorros, con quién me asocio, cómo educo a mis hijas, o de las relaciones que construyo a mi alrededor. Es momento de ser creativos, de explorar nuevas formas de lucha, de incidencia, de concienciación.

Pero también es momento de rescatar ese viejo espíritu de lucha que parece un tanto adormecido, tras aquellos años de éxitos para la cooperación. Aquellos logros que, por ser justos, parecía que iban a permanecer en el tiempo, pero que tristemente hemos visto cómo han ido desapareciendo de una forma abrupta y casi obscena.

Quiero compartir con vosotras y vosotros, aquellos que me habéis otorgado este maravilloso reconocimiento, un poema. Cuando la palabra es una de nuestras principales herramientas de lucha, la poesía puede una de sus expresiones más sublimes y hermosas.

Este texto es de un buen amigo argentino, gran poeta y comprometido economista, Alberto Testa, 
Tiene por título “Los carecientes”  
Pobres son los otros
Porque los otros Son los carecientes.
 Carecen de bienes,
Carecen de trabajo,
 Carecen de lápices,
Los carecientes son Los otros lejos, Violentos en Villas.
 ¿Quiénes son Los otros de los otros?
 Los mismos Que nosotros.
 No hay fragmentos,
Somos esta sociedad, Única, solitaria.
 Rica en su carencia, Carentes en su riqueza,
 El mercado habla del éxito,
Nuestro origen aborigen solo de lo común.
 Pobres son los ricos
Pobres son los pobres, Sin el sendero común.
 No hay sobrevivencia,
El planeta es Uno Sus fragmentos se integran Sol, luna, rio y pájaro Solo un cielo.
Solo Eso Hasta que no entendamos Solo Eso…
Carecientes somos.

 Muchas gracias